El 22 de septiembre de 1832 Charles Darwin llegó a Punta Alta. Una Punta Alta muy diferente a la de ahora: el paisaje actual se encuentra muy modificado por la mano del hombre y es muy distinto al de principios del siglo XIX. En aquella época, la Base Naval no existía, tampoco la ciudad de Punta Alta y ni siquiera la arboleda a orillas del mar, que fue plantada allí recién al iniciarse los trabajos de construcción del Puerto Militar.
En los tiempos de Darwin, a lo largo de la línea de costa, desde la entrada de la bahía, se apreciaban una serie de barracas y médanos. En nuestros días, esta línea de costa presenta, como en ese entonces, varias puntas, vale decir, salientes de tierra que se adentran en el mar como Punta Ancla, Punta Congreso, Punta Sin Nombre, etc. En aquellos tiempos, una de estas puntas era bastante especial y por eso era usada por los marinos como referencia para la navegación. En ella, se levantaba una barraca que no era paralela a la costa, sino que acompañaba a la punta hacia el mar. Sobre la barranca, un médano era visible desde el agua y le daba su característica de “alta”. Ésta es la Punta Alta, a la que Darwin menciona por primera vez en su Diario, con su nombre en castellano, por lo que se deduce que el topónimo ya estaba en uso y que no fue de su invención. Sobre ese médano, hacia 1900, se edificó la llamada Torre de Señales. Punta Alta se denominó al accidente costero y por extensión, a la zona circundante. Por lo tanto, era lógico que ese nombre, Punta Alta, lo recibiera la estación del Ferrocarril Sud que se construyó en 1898 como parte de la línea que nacía en Grünbein y terminaba -con el nombre de Ferrocarril Estratégico- en Baterías. Y por último, también se llamó Punta Alta al pueblo que surgió, de manera espontánea, alrededor de la estación.
Darwin había arribado a la zona a bordo del bergantín británico H.M.S. Beagle. Era muy joven y aun no era el afamado hombre de ciencia que llegó a ser años después. Formaba parte, en carácter de acompañante del capitán Robert Fitz Roy, de una expedición encomendada por el gobierno de Gran Bretaña para el estudio de las costas en una travesía alrededor del mundo.
El Beagle zarpó de Inglaterra en diciembre de 1831 y el 5 de septiembre de 1832, llegó a la boca de la bahía Blanca. Como los pilotos no se animaron a adentrarse en la ría, por miedo a encallar en los bancos de arena y cangrejal, el buque ancló cerca de Arroyo Pareja, en el lugar que los tripulantes bautizaron Punta Ancla (originalmente, en los mapas levantados por Fitz Roy figura como Anchor Stock Hill). Luego de recorrer todo el espacio de la ría en botes y llegar por ese medio a la Fortaleza Protectora Argentina (actual Bahía Blanca) regresaron a la zona ubicada entre Arroyo Pareja y Punta Ancla donde el Beagle estableció su sitio de fondeadero durante unos 45 días; desde allí Darwin se dedicó a recorrer la región, a veces caminando y otras veces a caballo en la compañía de unos gauchos.
El día 22 septiembre, desde el mar, en bote y en compañía de Fitz Roy, llegó por vez primera a la Punta Alta. Esa mañana, Darwin comenzó a excavar la barranca al compás de su hábil piqueta, y continuó los días subsiguientes extrayendo grandes huesos de mamíferos que resultaron ser los primeros restos fósiles de vertebrados hallados en su viaje.
¿Qué interesaba a Darwin de Punta Alta? Ante todo, los hallazgos fósiles. Éstos constituyeron las primeras evidencias que posibilitaron el desarrollo posterior de su afamada Teoría de la Evolución. En efecto, los restos de gliptodontes y megaterios comenzaron a mostrar con certidumbre incontrastable que las especies cambiaban y mutaban a lo largo del tiempo.
Darwin también estuvo en otras zonas del actual partido de Coronel Rosales. El 1o de octubre de 1832 el Beagle comenzó a hacer diferentes marcaciones en tierra para facilitar el acceso a la bahía y para ello estuvo anclado frente a Monte Hermoso. Debe aclararse que el topónimo Monte Hermoso no hace referencia a la ciudad balnearia homónima, sino al paraje conocido actualmente como Barrancas de Monte Hermoso, Farola Monte Hermoso o simplemente Las Rocas, que se encuentra a nueve kilómetros al oeste de Pehuen Co, dentro del partido de Coronel Rosales. En esas playas, Darwin también recogió numerosos fósiles.
Y no sólo fósiles halló en su estancia por las costas rosaleñas. Describió un gran número de animales y plantas de la zona, algunos der los cuales fueron primeros hallazgos para la ciencia.
Darwin estaba fascinado con la Punta Alta y allí volvió en reiteradas oportunidades. Una muestra de esto es que, del total de 65 días que permaneció en la bahía Blanca en sus dos viajes (septiembre de 1832 y agosto de 1833), alrededor de 45 los pasó en lo que hoy es el partido de Coronel Rosales, y gran parte de ellos en el sitio Punta Alta y zona aledaña.
Según escribió el bisnieto y biógrafo del naturalista, Richard Darwin Keynes, el 22 de septiembre de 1832, día del arribo de Charles Darwin a la Punta Alta, fue un día memorable para la biología, ya que señala la primera de las múltiples evidencias que llevarían a Darwin a cuestionar la doctrina de la inmutabilidad de las especies y a relacionar estos cambios con las adaptaciones al medio ambiente. Actualmente, no hay duda en la comunidad científica internacional que la visita de Darwin a Punta Alta fue tanto o más importante para el desarrollo de su pensamiento que las tan renombradas islas Galápagos, que visitó casi tres años más tarde. Por eso, hoy en día, con frecuencia Punta Alta recibe la visita de científicos o delegaciones universitarias de todas partes del mundo, deseosas de conocer el lugar donde Darwin encontró ese 22 de septiembre de 1832, los fósiles que fueron la primera evidencia que sustentó su teoría.
(Luciano Izarra: Capítulo 3 : ” Darwin en Punta Alta”, en Teresa Manera: La Herencia de Darwin a la Paleontología Regional, Bahía Blanca, Ediuns, 2014)