Pehuen Co es una villa balnearia ubicada en el SE del partido de Coronel de Marina Leonardo Rosales, a 70 Km de Punta Alta, ciudad cabecera del distrito.

Conocida por la belleza de sus playas, originalmente su ambiente natural predominante era el pastizal de dunas, ecosistema ampliamente modificado en varios sectores por acción del hombre, hecho reflejado en gran parte de la costa de la provincia de Buenos Aires. Como resultado, la villa y sus alrededores presentan tres ambientes bien diferenciados: el pastizal de dunas que podemos apreciar desde algunos kilómetros antes de llegar a la villa y que se extiende hasta la costa; el sector de playas es otro ambiente predominante siendo éste un humedal costero que sirve de albergue a un gran número de aves; y el tercer ambiente (antrópico) es el monte de especies vegetales introducidas con el objeto de fijar las dunas y generar un lugar propicio para el desarrollo de la villa, cuya creación ha generado cambios que influyen en gran medida en la distribución de las aves.

Pehuen Co en el distrito de Coronel Rosales (Archivo Histórico Municipal).

El pastizal de dunas

Unos 6 km distante de la costa comienza este particular ambiente. Suaves lomas de arena tapizadas con matas de Senecio bergii, olivillo (Hyalis argentea), llantén peludo (Plantago patagonica), yerba de la víbora (Asclepias mellodora) entremezclados con algunos arbustos como la brusquilla (Discaria american) y Baccharis divaricata, son el hábitat preferido de aves como el ñandú (Rhea americana), que gustan de espacios abiertos donde pueden vigilar a largas distancias gracias a sus largos cuellos y, en caso de amenazas, poder correr libremente a gran velocidad. Si bien es una zona agrícola-ganadera y por consiguiente ha sufrido modificaciones en su cobertura vegetal, mantiene las características originales del ambiente, lo que permite observar aves propias del pastizal.  Dentro de las más fáciles de ver podemos mencionar inambú campestre (Nothura maculosa), colorada (Rhynchotus rufescens), tero común (Vanellus chilensis), lechucita de las vizcacheras (Athene cunicularia), loica común (Leistes loyca), gavilán planeador (Circus buffoni), gavilán ceniciento (Circus cinereus), carpintero campestre (Colaptes campestris), verdón (Embernagra platensis), cachirla goteada (Anthus correndera) entre otros. Aves como la garcita bueyera (Bubulcus ibis), visible junto al ganado bovino principalmente, paloma manchada (Patagioenas maculosa), paloma picazuró (Patagioenas picazuro), torcaza común (Zenaida auriculata), chimango (Milvago chimango), carancho (Caracara plancus), gaviota capucho café (Chroicocephalus maculipennis), aprovechan las tareas rurales (rotulado, siembra y cosecha) para obtener su alimento diario. El pastizal de dunas no solamente ofrece un lugar adecuado para alimentarse, también es indicado para refugio y reproducción de algunas especies de aves, pasando desapercibidas en el entorno gracias a su plumaje y al no existir árboles nativos, se han adaptado a nidificar en el suelo.

Ñandú (Rhea americana). Foto: Gustavo Larracoechea.
Loica común (Leistes loyca). Foto: Gustavo Larracoechea.
Cachirla goteada (Anthus correndera). Foto: Gustavo Larracoechea.
Gavilán planeador (Circus buffoni). Foto: Gustavo Larracoechea.

Playa

   De varios kilómetros de extensión, la playa de Pehuen Co es un lugar propicio para la observación de aves playeras, aumentando su diversidad a medida que vamos en dirección oeste en sentido de Las Rocas o Farola Monte Hermoso. La presencia de restinga que queda al descubierto al bajar la marea atrae a varias especies para aprovechar los bivalvos adheridos a las superficies duras y otros invertebrados que quedan disponibles en los pequeños pozos de agua que se forman.

La gaviota cocinera (Larus dominicanus) y la gaviota capucho café (Chroicocephalus maculipennis) son las especies dominantes del lugar con presencia anual permanente. En lo que refiere a la segunda, su plumaje varía de acuerdo a la época del año. A partir de junio, comienza a formarse un capuchón color café oscuro (de allí su nombre) que dura hasta cerca del mes de febrero, indicando su período reproductivo. Al finalizar, muda su plumaje desapareciendo este capuchón.

Otras especies que podemos hallar en la costa son el ostrero pardo (Haematopus palliatus), gaviotín lagunero (Sterna trudeaui) y gaviotín pico grueso (Gelochelidon nilotica) entre los más destacados. Pero la playa también ofrece alimento para los oportunistas como palomas, chimango, carancho, incluso el benteveo común (Pitangus sulphuratus), hornero (Furnarius rufus), chingolo (Zonotrichia capensis) y calandria grande (Mimus saturninus), que aprovechan los restos traídos por el mar o los que dejan los visitantes.

A medida que vamos hacia el oeste, aumenta la diversidad de aves. Cuanto más nos alejamos de las zonas con actividades humanas, mayores son las posibilidades de ver especies tales como jote de cabeza roja (Cathartes aura), macá grande (Podiceps major), pato barcino (Anas flavirostris), pato maicero (Anas georgica), gallareta chica (Fulica leucoptera), gaviotín real (Thalasseus maximus), coscoroba (Coscoroba coscoroba), biguá (Nannopterum brasilianus), flamenco austral (Phoenicopterus chilensis), a las cuales se le suman otras aves que son migratorias y, según la época del año, podemos hallar en la costa. En el sector conocido como Las Rocas o Farola Monte Hermoso, existe, en las barrancas que caracterizan este sitio, una pequeña colonia de loro barranquero (Cyanoliseus patagonus), que aprovecha este lugar para excavar túneles que utiliza para nidificar. A su vez, estas cuevas son compartidas con la golondrina barranquera (Pygochelidon cyanoleuca) que las utiliza para el mismo fin.

Gaviota cocinera (Larus dominicanus). Foto: Gustavo Larracoechea.
Gaviotín lagunero (Sterna trudeaui). Foto: Gustavo Larracoechea.
  Gaviota capucho café (Chroicocephalus maculipennis). Foto: Gustavo Larracoechea.
Ostrero pardo (Haematopus palliatus). Foto: Gustavo Larracoechea.

Bosque exótico

   La forestación de la villa balnearia no es originaria, ya que anteriormente hablamos que el ambiente original es el pastizal de dunas. Para la fijación de las dunas y para hacer apacible el lugar para la urbanización, se plantaron varios ejemplares de árboles de las más variadas especies, donde predominan pinos y eucaliptos.

Este arbolado trajo como consecuencia que las aves de espacios abiertos fueran desplazadas, ya que su hábitat fue altamente modificado. Muy pocas pudieron adaptarse, tal el caso de lechucita de las vizcacheras, torcazas, chingolos y alguna que otra loica que aprovechando el pastizal circundante se deja ver en el lugar. Así como desplazó también atrajo a otras especies. Aves que necesitan del arbolado, vieron en Pehuen Co la oportunidad para colonizar nuevos lugares. El gorrión (Passer domesticus), zorzal patagónico (Turdus falcklandii), zorzal colorado (Turdus rufiventris), hornero (Furnarius rufus), gavilán mixto (Parabuteo unicinctus), taguató común (Rupornis magnirostris), paloma casera (Columba livia), picaflor garganta blanca (Leucochloris albicollis), picaflor verde (Chlorostilbon lucidus), golondrina parda (Progne tapera), golondrina ceja blanca (Tachycineta leucorrhoa), golondrina tijerita (Hirundo rustica), golondrina negra (Progne elegans), cotorra (Myiopsitta monachus), entre otros, aprovechan la oportunidad que presenta esta forestación exótica y las construcciones humanas que se desarrollaron a lo largo del tiempo.

Zorzal patagónico (Turdus falcklandii). Foto: Gustavo Larracoechea.
Gorrión (Passer domesticus). Foto: Gustavo Larracoechea.
Taguató común (Rupornis magnirostris). Foto: Gustavo Larracoechea.
Paloma manchada (Patagioenas maculosa). Foto: Gustavo Larracoechea.

Aves migratorias

   Por su ubicación geográfica, el partido de Coronel de Marina Leonardo Rosales recibe, a lo largo del año, la visita de varias especies de aves migratorias y Pehuen Co no es la excepción.

Durante el año, muchas de las que nombramos en párrafos anteriores se encuentran presentes en forma permanente y tanto en otoño-invierno como primavera-verano se suman las que denominamos “migratorias”. Este grupo de aves se desplazan por grandes distancias a distintos puntos del continente en busca de condiciones propicias para seguir sobreviviendo cuando en el lugar donde realizan su ciclo vital entra en una etapa de clima poco amigable y escasez de alimento. Existen tres grupos de migradoras que visitan la zona: las del tipo A que comprende aves en su mayoría playeras, que arriban en primavera-verano desde América del Norte y no se reproducen aquí; las migradoras tipo B un alto porcentaje de especies corresponden al orden de los Passeriformes (pájaros) que vienen a reproducirse en su mayoría, teniendo como lugar de origen el norte de América del Sur. En el otoño-invierno se genera un recambio con las aves que vienen desde Patagonia en busca de clima más favorable, para retornar en la primavera siguiente al sur a nidificar.

A comienzos de la primavera comienza la llegada de golondrinas y otras aves, llenando de colores y sonidos la villa, mientras en las costas alejadas de la influencia del hombre, las playeras buscan alimento y refugio al ritmo de las olas, siendo su actividad mayor cuando comienza a bajar la marea.

Entre las aves que pueblan la villa podemos citar a la golondrina negra (Progne elegans), golondrina parda (Progne tapera), golondrina tijerita (Hirundo rustica), golondrina ceja blanca (Tachycineta leucorrhoa), golondrina barranquera (Pygochelidon cyanoleuca), suirirí real (Tyrannus melancholicus), churrinche (Pyrocephalus rubinus), tijereta (TYrannus savana), mientras que entre las playeras hallaremos al playerito blanco (Calidris alba), playerito de rabadilla blanca (Calidris fuscicollis), playerito unicolor (Calidris bairdii), pitotoy chico (Tringa flavipes), chorlo ártico (Pluvialis squatarola). Al llegar la temporada fría, éstas se retiran y llegan las patagónicas: chorlo cabezón (Oreopholus ruficollis), chorlito doble collar (Charadrius falklandicus), gaviotín sudamericano (Sterna hirundinacea), chorlito pecho canela (Charadrius modestus), a las que se le suman la caminera estriada (Geossita cunicularia), dormilona cara negra (Muscisaxicola maclovianus), monjita chocolate (Neoxolmis rufiventris), calandria mora (Mimus patagonicus), gaucho pardo (Agriornis micropterus), cauquén común (Chloephaga picta) y cauquén real (Chloephaga poliocephala).

Chorlo cabezón (Oreopholus ruficollis). Foto: Gustavo Larracoechea.
Churrinche (Pyrocephalus rubinus). Foto: Gustavo Larracoechea.
            Playerito blanco (Calidris alba). Foto: Gustavo Larracoechea.
Golondrina ceja blanca (Tachycineta leucorrhoa). Foto: Gustavo Larracoechea.

Las ocasionales

    La gran extensión de la costa permite en algunas ocasiones observar avifauna (viva o muerta) que generalmente no es posible hallar en condiciones normales. Ya sea porque fueron afectadas por temporales, alguna enfermedad o simplemente por el deseo de descansar, podemos ver petrel gigante antártico (Macronectes giganteus), albatros pico fino (Thallasarche chlororhyncos), albatros ceja negra (Thallasarche melanophris), pingüino rey (Aptenodytes patagonicus) y más frecuentemente, juveniles de pingüino patagónico (Spheniscus magellanicus). Cada uno de estos avistamientos son en su mayoría registrados por los guardaparques durante sus recorridas diarias.     Pehuen Co y sus ambientes invitan a disfrutar a lo largo de todo el año de salidas de interpretación del patrimonio histórico, paleontológico y natural, en especial la observación de aves. En cada rincón de este mágico lugar es posible maravillarse con esos seres alados que nos atrapan a cada instante. El canto mañanero de un zorzal, el libar de algún picaflor, las incesantes idas y venidas de los playeros al ritmo de las olas o la imponente presencia de un ñandú oteando el horizonte, vigilando la infinita pampa que nos rodea.

Petrel gigante antártico (Macronectes giganteus). Foto: Gustavo Larracoechea.
Pingüino patagónico (Sphenicus magellanicus). Foto: Gustavo Larracoechea.

Autor: Gustavo Larracoechea.

Bibliografía.

Archivo Histórico Municipal de Punta Alta. Mapa del Partido de Coronel Rosales. http://www.archivodepunta.com.ar. Punta Alta.

Celsi, Cintia. 2010. Dunas costeras de la Pampa austral: biodiversidad, ecología y conservación entre el Río Quequén Salado y el balneario Pehuen Co. 1° edición. Edición del autor, Buenos Aires.

Delhey, K; Doiny Cabrè, P; Lejarraga, R. 1999. Aves de Pehuén-Có.Harris y Cìa S.R.L. Bahía Blanca.

López-Lanús, Bernabé.2020. Guía Audiornis de las Aves de Argentina: fotos y sonidos. Audiornis Producciones, Buenos Aires. Narosky, T; Yzurieta, D.2010. Aves de Argentina y Uruguay: guía de identificación edición total.16º ed. Vazquez Mazzini Editores, Buenos Aires.

Pehuen Co y las aves
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